El escalando de corrupción de los sobornos de ODOBRECHT es el más grande de la Republica Dominicana y evidencia la magnitud de la corrupción y la conducta de los dirigentes de los partidos tradicionales

El sometimiento de dirigentes políticos, de los  principales de  estos partidos,   hacen visible la conducta inmoral que caracteriza el desempeño público de estas personas una vez llegan al poder.

No son todos los que están y ni están todos los que son, eso lo sabemos, pero el grupo involucrado es suficiente para poder decir que un país, una nación, que sus fuerzas políticas están formadas por ese tipo de político, no podrá alcanzar jamás el grado de desarrollo al que aspiran sus habitantes.

República Dominicana debe cambiar y deberá mejorar. Ese cambio será posible si barre de una vez por siempre con esa clase de funcionario y aspirante a funcionario público.

Este sometimiento, a pesar de la resistencia del gobierno y de las convicciones que tenemos de que no están todos los que son, nos permite asegurar que si deseamos ser una poderosa nación, capaz de asegurar a cada ciudadano y ciudadana un empleo, una pensión, un buen seguro de salud, más seguridad ciudadana, es el momento para decir VASTA YA A ESE TIPO DE POLITICO Y PARTIDO.

La nación y el pueblo dominicano deberá asumir este escandaloso caso de corrupción para diagnosticar  ese grave problema que le afecta y deberá decidirse por erradicar los corruptos de la vida política para que las próximas generaciones confíen en los políticos y la política  y quienes aspiren a ser funcionarios públicos sean personas aferradas a principios éticos  y morales que sientan la satisfacción de haber actuado en la dirección correcta para garantizar una vida digna a la población y no para enriquecerse.

 Este sometimiento es producto de la presión social e internacional y nos dice cuál es el camino que debe seguir nuestra sociedad en el futuro inmediato. La presión no debe bajar para que aparezcan los que faltan y para que todos los actos de corrupción que hay en el gobierno y en las instituciones públicas sean castigados

Este caso no erradicara la corrupción, pero si evidencia que la presión social puede erradicarla. La corrupción es un mal que ha infectado  la administración pública y se ha generalizado debido a la impunidad.

Llamamos a la Marcha Verde a no ceder. Llegar hasta donde se ha llegado no es suficiente. Hay necesidad para mantener la lucha y la movilización hasta erradicar el virus de la corrupción y los funcionarios públicos asuman una conducta ética en el desempeño de sus funciones.