Ponen a circular manifiesto político por el fin de la "corporación" PLD-Odebrecht
Escrito por la redacción el Jueves 19 de Enero del 2017.

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Reconocidos intelectuales y activistas sociales del país y de la comunidad dominicana en el exterior pusieron a circular hoy un manifiesto político en el cual llaman al pueblo dominicano a participar “con decisión y energía” en la marcha ciudadana de este domingo 22 de enero para ponerle fin al que llamaron “régimen de la corporación PLD-Odebrecht”.

El manifiesto, en el que el #22E se dibuja como “espejo luminoso” de una ciudadanía que se va convirtiendo en sujeto político, plantea que el caso Odebrecht sólo podrá llegar hasta sus últimas consecuencias con la ciudadanía ejerciendo la democracia de calle.

A continuación el texto íntegro del manifiesto político seguido de la lista de ciudadanas y ciudadanos firmantes.

“El #22E se encamina a romper los muros del poder peledeísta”.

Manifiesto político por el fin de la corporación mafiosa PLD-Odebrecht:

Danilo Medina jamás imaginó que el caso Odebrecht iba a explotar entre sus propias manos casi apenas iniciarse su segundo mandato, arrastrando al despeñadero a la cúpula del PLD junto a grupos económicos, poderes fácticos y medios de comunicación.

El expediente de corrupción transnacional instrumentado de manera conjunta por la justicia de Brasil, Estados Unidos y Suiza contra la constructora más poderosa de América Latina y el Caribe, ha puesto al descubierto en el plano nacional una gran red de corrupción transversal a todo el régimen político institucional de la República Dominicana.

El presidente del PLD, Leonel Fernández,  y el presidente reelecto, Danilo Medina, aparecen fuertemente embarrados en la operación Odebrecht por su relación de negocios con el asesor brasileño Joao Santana, la visita del ex presidente Lula al país, la visita de Danilo Medina a Brasil y la aparición de un personaje como Ángel Rondón, de la intimidad del poder peledeísta, moviendo grandes cantidades de recursos económicos y financieros en favor de la maquinaria oficial.

Con la democracia de calle puede romperse el sello de la impunidad para un presidente como Danilo Medina que parecía haberse reservado la gloria, flotando entre las nubes con números estrafalarios en las encuestas, un dominio casi absoluto de los medios de comunicación, un Congreso y una Justicia a sus pies, un empresariado temeroso y pasivo, y una ciudadanía que se expresaba de forma ocasional, con protestas episódicas como fueron los movimientos contra el fraude fiscal, la lucha por el 4% para la educación y las manifestaciones contra la OISOE.

La gran novedad del momento es que esta vez la ciudadanía no parece que va a quedarse en actos testimoniales y efímeros, la marcha del 22 de enero de 2017 está marcando un corte en la realidad política dominicana y podría desencadenar una importante transformación dentro de toda la estructura institucional del Estado. El #22E se encamina a combatir un Estado y una forma de gobernar desmedida y sin controles, que ha hecho de la corrupción y la impunidad su forma natural de reproducirse y operar.

La gran manifestación política y ciudadana del #22E tiene dislocado al gobierno de Danilo Medina. Hasta ahora su única respuesta ha sido nombrar una comisión de “notables” paralela a un Ministerio Público disfuncional que nació predestinada al fracaso, no solo por su estilo trasnochado, su rémora balaguerista y su carácter inconstitucional, sino también porque puso en evidencia las puertas giratorias entre el poder político, los grupos económicos y los poderes fácticos.

La voz de la calle venció el recurso tradicional de apelar a “notables” para desmovilizar la sociedad y sortear la crisis haciendo que las soluciones caigan en el vacío.

Estamos asistiendo a un nuevo ciclo político con los significados propios que está mostrando el #22E, donde se perciben formas no orgánicas capaces de auto-organizarse, vistas con inquietud e incluso con mucha sospecha por el Gobierno de Danilo Medina y el PLD, evidenciando gran temor a lo que no puede controlar.

Están por romperse los muros del poder peledeísta, con un desbordante e inesperado torrente de entusiasmo y comentarios en las redes sociales a favor del protagonismo ciudadano,  que ha dejado atrás la mordaza y el cerco mediático oficial para desatar un frenesí de emociones aglutinantes de una gran diversidad de actores sociales y políticos en lucha por erradicar la corrupción y la impunidad, lo que no es cualquier cosa en nuestro país dado que ese accionar parecía aceptado socialmente hasta incluso como sinónimo de éxito, convirtiéndose en  la fórmula sistémica con que ha operado la clase política en nuestra sociedad.

Frente al secuestro y el descrédito de las instituciones la calle se ha convertido en el espacio público más propicio para exigir con energía y voluntad el restablecimiento del Estado de Derecho. El #22E puede ser un luminoso espejo para reflejar un futuro posible, así como una oportunidad para conquistar un nuevo devenir: una sociedad más participativa, más transparente y menos desigual.

El #22E se ha tornado desde ya en un gran escrutinio crítico no solo para el PLD y el gobierno de Danilo Medina, los medios de comunicación, los grupos económicos y los poderes fácticos, también para toda la oposición política. Una sociedad llega a ser democráticamente madura cuando deja de reverenciar con culto y sumisión a sus representantes y esto es precisamente lo que está aconteciendo en estos momentos en nuestro país.

Ante una situación social y política como la que vivimos, las ciudadanas y los ciudadanos firmantes del presente documento queremos expresar nuestro más decidido y rotundo apoyo a la marcha ciudadana del próximo domingo 22 de enero y a la lucha política del pueblo dominicano por recuperar lo robado y por el fin de la corrupción y la impunidad de la mafia PLD-Odebrecht.

19 de enero 2017. República Dominicana

Firmantes:

Lety Melgen, economista

Anselmo Muñiz, investigador social

Deivis Ventura, activista glbti

Ana Feliz, profesora de historia

Fernando Gil, médico y político

Tirso Mejía Ricart, intelectual y político

Mario Bergés, dirigente sociedad civil

Juan Miguel Pérez, sociólogo

Bartolomé Pujals, abogado y dirigente sociedad civil

Roberto Álvarez, experto en relaciones internacionales

Jesús Feris Iglesias, médico y político

Héctor Díaz Polanco, intelectual dominicano residente en México

Andrés L. mateo, escritor

Alanna Lockward, escritora

Quisqueya Henríquez, artista

Melania Reyes, dirigente comunitaria

Carolina Santana, abogada dirigente social

Gabriela Reyes Rosario, dirigente comunitaria

Clarisa Gil Batlle, dirigente sociedad civil

Pedro Catrain, abogado y político

Edwin Mazara, activista EEUU

Miguel Luna, activista EEUU

Randy Custodio Brito, regidor Azua

Orlidy Inoa, abogada experta en seguridad y armas

Olaya Dotel, profesora Ciencias Políticas

Yoeliza Matos, activista derechos humanos

Albania Camacho, profesora y activista social

Benito Antonio Marte, dirigente social

Miguel Ángel Muñiz Arias, político

Joffre de la Fontaine, intelectual dominicano residente en México

Ángel Alberto Bogaert, activista EEUU

Rubén Rodríguez, comunicador

Héctor Turbi, economista y dirigente social

César Mieses, antropólogo y político

Alexander Mundaray, activista glbti

Alex Amaro, activista EEUU

Alexis Álvarez, arquitecto y dirigente social

Jorge Herrera, sociólogo, activista EEUU

Josenia Rosario, activista EEUU

Francisco Lazala, activista glbti EEUU

Máximo Laureano, periodista

Alfonso Torres, periodista

Wilson Mayobanex Reyes, comunicador y abogado

Alexandra Ramírez, mercadotécnica, dirigente social

Filgian Fletes Rojas, dirigente social

Mary Luz Gómez, dirigente comunitaria

Amelia Muñiz, médico

Diego Girón, activista derechos humanos

Genaro Rincón, abogado y activista derechos humanos

Darío García, abogado y político

Fanny Santos Carmona, dirigente social

José Díaz, dirigente deportivo

Freddy García Vicente, ingeniero y dirigente social

Yudelis González, médico

Antonio Emil, abogado y activista derechos humanos

Felipe Santos, abogado

Domi Mandel García, activista derechos humanos

Albertina Vásquez, dirigente comunitaria

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